martes, 31 de octubre de 2017

Estereotipo de promotora

Promotoras

Desde que tengo uso de razón, la promotora ha sido bonita, alta, flaca y ya...
He tenido pocas oportunidades de asombrarme con alguna promotora que se interese por su empleador, por el servicio o producto que ofrece y muy pocas me han sonreído plenamente.
Con el paso del tiempo, las promotoras han tenido muy buenos ingresos por eventos y no estamos hablando de autos en el autódromo.
Ha llegado el momento de profesionalizar este empleo de verdad. Hoy la sonrisa es tan importante como el saber. 
Sería genial que una promotora sepa cuánto vende una empresa, en cuantas localidades esta ubicada, que tipo de productos promociona y cual es el core business.
Quizá estas cosas sean triviales al momento de promocionar una actividad un producto o un servicio, pero de verdad, es tan necesario como oportuno.
Es tan loco pensar que es posible que una promotora sonría, esté atenta a las personas que visitan el stand y además conozcan bien a quienes representan?
La responsabilidad es tanto de la promotora que debería preguntar todo, si TODO sobre la empresa, el producto o servicio y el objetivo de la promoción, como de la agencia que las representa y quienes las contratan...
Es hora de ser promotoras ejecutivas y simples caras bonitas que cuando la gente las ve las mira casi con un dejo de ignorancia, son parte del decorado, están ahí y es lo mismo que no lo hicieran.
Es dinero mal gastado, porque el conocimiento da poder, y ellas podrían recavar datos, vender y hasta simplemente mostrarse amables e interesadas por el público que las mira....
Utopìa? Esperemos que no

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